El acabado de la joyería, o textura de la joyería, se refiere al tratamiento de la superficie exterior que se aplica a una pieza de joyería. Este tipo de acabados pueden transformar una joya común en algo extraordinario. Los diferentes acabados se pueden aplicar a una variedad de metales diferentes: oro, platino, plata esterlina o acero inoxidable. Estos son algunos de los acabados más comunes que se pueden aplicar a la joyería.

1. Pulido. Uno de los más habituales. Se trata de pulir la superficie de la pieza frotando con estropajos o rodillos específicos y utilizando ceras de pulido para conseguir que la superficie del metal quede vidriosa.

2. Mate . El acabado mate se utiliza para resaltar el color del metal en comparación con el brillo. Existen diferentes tipos. Todo depende de la técnica y las herramientas utilizadas.

3. Repujado. Consiste en obtener efectos de relieve golpeando la parte posterior de la superficie, de manera que se levanten esas protuberancias, refinándolas con un instrumento llamado cincel.

4. Cincelado. El cincelado es una técnica de trabajo totalmente manual que permite obtener textos o figuras en bajo relieve sobre una plancha de metal, golpeándola en su cara frontal con cinceles que producen depresiones o incisiones sobre el metal, deformando el material sin cortarlo, y de esta manera forman la figura deseada.

5. Oxidado. En joyería, las pátinas oxidativas se utilizan para ennegrecer intencionalmente ciertas partes de la pieza. Esto se hace principalmente para contrastar los acabados pulidos y plateados con los oscuros, dando una sensación de profundidad. El proceso oxidativo no daña la plata.

6. Chapado en oro. Es una capa de metal que recubre la parte correspondiente de la joya.

¿Qué hacer si mi joya ha perdido su baño? Es habitual que el baño acabe desapareciendo con el paso del tiempo (sobre todo en piezas en las que el roce es más continuo, como un anillo). Por eso es importante que el metal interior sea de buena calidad. Una pieza de Plata de Ley bañada en oro no perderá su calidad una vez se consuma la primera capa, quedando el color plata en la superficie. Además, tendremos la oportunidad de volver a bañarla.

7. Bañado en Rodio. El rodio es un metal que comparte las características del Platino, ya que forma parte de su grupo (como aclaración, el platino es un metal más raro y por tanto más caro que el oro). El rodio es un metal fácil de trabajar en joyería, y al alearlo con Plata de Ley, el resultado es que le da a las joyas un mayor brillo. Apenas hay que limpiarlas y su resistencia aumenta. El aspecto de las joyas fabricadas con aleación de plata 925 y rodio es muy similar al del oro blanco.

8. Granulación. La granulación es un acabado decorativo que consiste en unir bolas de oro, plata u otros metales entre sí o sobre una superficie de metal precioso.

9. Martillado. El martillado es el favorito de muchos. Reconocido por su increíble silueta y estética inusual, que recuerda a la joyería de la Edad Media, el acabado martillado se utilizaba para dar una textura bien definida a los metales preciosos. Utilizando un martillo de bola sobre la superficie exterior de la joya, se creaba un aspecto texturizado, logrando una pieza llamativa y única a través de esta técnica, ya que al ser un proceso artesanal, no hay dos piezas que compartan exactamente el mismo patrón.

La combinación de estas técnicas es muy común en nuestras piezas, generando estilos innovadores, joyas de gran factura con diseños llamativos que no pasarán desapercibidos a la vista.